La rabia constituye uno de los graves problemas de salud pública por su trascendencia, gravedad e impacto social, ya que conduce a la persona expuesta al virus rábico, que no recibió tratamiento oportuno, a una muerte segura en el 100% de los casos. Siendo el perro el principal transmisor de rabia.
En las últimas dos décadas han disminuido considerablemente los casos por transmisión de rabia por parte de los canes hacia las personas, debido a la intervención de las autoridades sanitarias y por una ardua labor en campañas de vacunación (VAN CAN), siendo la principal actividad de prevención, la cual tiene como finalidad conseguir la mayor cantidad de formación de anticuerpos en el organismo canino.
Estas campañas de vacunación ayudan a desarrollar un mayor control sanitario dentro del territorio nacional, pero excepto en algunas provincias y ciudades. De igual manera, el objetivo sigue siendo siempre el mismo, lograr vacunar a los casi 3 millones de perros que representan el promedio de la población canina dentro del país.
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